Bueno, pues ahí estábamos, mi querido Marido Perfecto y yo, esperando nerviosos en la sala de espera de nuestro ginecólogo para realizar la PRIMERA ECOGRAFÍA DE NIÑO MARAVILLOSO. Iba a ser uno de los momentazos más importantes del embarazo.

Me parecía INCREÍBLE que hasta la semana 12 no me fueran a hacer una ecografía pero como todo se había desarrollado con normalidad no había necesidad de que fuera antes. Con Niña Preciosa y aunque todo era normal nos realizaron una a la semana 8, depende del hospital y de los diversos protocolos debe variar.

Me quedo corta si te digo que no importa las veces que te lo hayas imaginado: este momento es AÚN MEJOR de lo que tienes en tu cabeza.

El ginecólogo nos hizo pasar a la sala y una vez allí nos comentó que tomaría medidas de ciertas partes del cuerpo del bebé para asegurarse que todo iba a bien, que solo le tomaría unos minutos y que después pasaríamos a la sesión de “fotos” y de preguntas. La verdad es que esos minutos pasaron muy lentos ya que aunque ves la pantalla no acabas de entender nada de lo que ves. Por suerte en seguida nos dijo que todo iba bien y empezó a enseñarnos las manitas de nuestro bebé, su carita y… ¡Nos dijo que era un niño! Además iba haciendo captura de todo aquello que creía importante y una vez finalizada la visita nos dio la ecografía para que pudiéramos presumir de niño con amigos y familia.

Otro momentazo fue cuando ya, apunto de finalizar, nos preguntó si queríamos oír el corazón del bebé, es realmente mágico saber que dentro tuyo late otro corazón… Ese sonido lo tengo grabado en mis recuerdos más queridos.

Tanto Marido Perfecto como yo estuvimos al borde de las lágrimas… ¡Bueno, yo lloré un poco! Me sentía tan feliz! ¿Y es que todavía se me saltan las lágrimas cuando pienso en esa primera ecografía! ¡Fue un momento mágico!

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