Estrenamos sección porque... Queremos oír, leer y emocionarnos con todas vuestras historias... Y no lo podíamos hacer más a lo grande: con un blog que seguimos muy de cerca porque… ¿A qué niño no le ha picado la etiqueta? Esther, la persona que hay detrás de Mepicalaetiqueta.com nos cuenta su experiencia de la decoración de la habitación de su primer bebé y cómo la adaptó a la llegada de la segunda.

 

Cuando te vas a convertir en mamá son muchos los detalles que has de tener en cuenta. La llegada de un nuevo miembro a la familia requiere que, de la noche a la mañana, te conviertas en experta en cunas, tronas, sillas de paseo,… infinidad de productos que, hasta entonces, muchos de ellos, no sabías ni que existían.

Sin lugar a dudas, una de las tareas que más ilusión nos hace, es decorar la habitación del bebé.

En mi caso, sobre el cuarto o quinto mes de mi primer embarazo, fue cuando decidí empezar a concretar los detalles de la habitación de mi hijo.

Tanto mi marido como yo, teníamos claro que queríamos una decoración que se adecuara al estilo del resto de la casa. Muebles sencillos de líneas rectas que se integraran en una decoración nórdica donde los detalles de color lo aportaban objetos como cojines o jugueteros.

Nos centramos en conseguir un ambiente donde, tanto el bebé como nosotros, nos sintiéramos cómodos huyendo de colores estridentes y tonos excesivamente llamativos. Desde el primer momento, nuestro objetivo fue lograr una habitación muy práctica que pudiera ir creciendo junto con nuestro hijo.

Veinte meses después del nacimiento de nuestro peque, nuestra familia se completó con la llegada de nuestra hija.

En un principio, yo era partidaria de que cada niño tuviera su propia habitación. Tras estudiar pros y contras, optamos por colocar a ambos niños en el dormitorio que hasta entonces, había ocupado el mayor.

En este caso, el reto con la decoración, fue mucho mayor que la primera vez. No partíamos de una habitación vacía sino de una habitación amoldada a un único hijo y además, ¡había que organizarla para hermanos de distinto sexo!.

Lo prioritario fue conseguir acomodar a nuestra hija sin que nuestro hijo se sintiera desplazado ni tuviera la sensación de que invadían su espacio.

Creo que nuestro máximo acierto, fue optar por una decoración lo más neutra posible que respetaba la individualidad de nuestros hijos.

A día de hoy, Jaime tiene siete años y Sofía cinco. Siguen compartiendo habitación y para ello, eliminamos el cambiador que usaban de bebés y pusimos una pequeña cómoda, compramos muebles que nos permitían maximizar el espacio disponible y sustituimos el sillón de lactancia por un escritorio para hacer deberes.

En definitiva, la experiencia me dice que, al final, lo mejor es decidirnos por muebles de líneas sencillas, pero de gran calidad que puedan adaptarse al crecimiento de nuestros hijos. Un mobiliario neutro, nos permite además, modificar la decoración fácilmente cambiando simplemente cojines, cortinas y colchas.

 

Gracias Esther, un montón de consejos súper útiles para mamás que están buscando cómo organizar y decorar la habitación de sus peques. Y si tu quieres compartir tu historia de embarazo, de tu bebé o de la decoración de la habitación de los más peques escríbenos a tubebebox@tubebebox.com... ¡Queremos leerla!

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