Fueron felices y comieron perdices. Este es el final típico con el que acaban los cuentos de princesas, pero en realidad la historia nunca se acaba ahí. De hecho falta algo, el verdadero final: Fueron felices y comieron perdices, hasta que tuvieron bebés. Los niños de hoy están mucho más preparados, porque se han criado con dibujos animados menos ingenuos, como Shrek, que cuentan muy bien lo que ocurre en una pareja cuando se empiezan a cambiar pañales y calentar biberones (¿recuerdas las dificultades que tiene el ogro más divertido para hacer frente a la crianza de su prole de ogritos?) A nosotras, en cambio, más de finales felices al estilo Disney nos suele pillar por sorpresa. No son pocas las amigas que pasan serias dificultades conyugales al durante los primeros meses de vida de su bebé, desembocando incluso en la separación de la pareja.
Por eso me ha parecido tan importante traer este post de Mami existe. Cómo hacer que el "Fueron felices y comieron perdices" no se acabe una vez que los hijos llegan, no es un tema que se suele tratar mucho en los blogs sobre maternidad y, sin embargo, creo que hace falta. Quizá porque la bloguera de Mami existe define su bitácora como “Una visión del mundo sin aditivos” es ella una de las pocas que se atreve a sacarnos de nuestra burbuja para hablarnos de la importancia de cuidar de nuestra pareja. Me han encantado sus consejos, que a su vez ha rescatado de la página web del psicólogo Alberto Soler. Si me han gustado tanto es porque son detalles simples que podemos incorporar a nuestra vida cotidiana sin ningún esfuerzo, sólo poniendo un poco de atención, para hacer un poco más dulce y respetuosa la vida en pareja.
Me he sometido al test que propone la bloguera y creo que Marido Perfecto y yo sacamos muy buena nota, aunque siempre hay cosas que mejorar, claro. ¡Y es que yo soy muy fan de la familia ideal! No quiero decir que lo sea, pero me encanta la idea de pensar que MP, Niño Maravilloso y yo hemos encontrado nuestro equilibrio y nuestra felicidad… Y el amor en la pareja es un pilar clave de esta felicidad. Me parece que es un error entregarse únicamente a su bebé. ¡MP también es importante! Al igual que yo espero serlo para él.
Así que ya sabes: Fueron felices, comieron perdices, llegaron los bebés, calentaron muchos biberones y nada empañó su felicidad.